Tras más de una década analizando, planificando y gestionando inversiones a corto, medio y largo plazo para un sin número de clientes se obtienen conclusiones objetivas sobre los riesgos que, individual y colectivamente, somos más propensos a asumir sin valorar las consecuencias de los mismos.
Es tremendamente habitual cuando te dedicas a la planificación financiera escuchar estereotipos que no por ser frecuentes son menos peligrosos. Preocupa recibir de tantas personas la frase tan socialmente aceptada “yo es que vivo al día”. Vivir “al día” significa aceptar que el mañana no existe y que, una de dos, o esperamos morir esta noche (para lo que sería recomendable tener pagado el seguro de vida para proteger económicamente a los que se quedan por aquí mas tiempo) o entendemos que mañana nuestras necesidades económicas se resolverán por si solas.
Una sociedad de cigarras está pensada para morir cada invierno pues no hay posibilidad de subsistir cuando se acaban los tallos verdes. Tras vivir una crisis económica como la que hemos padecido en tiempos cercanos, parece una obviedad tener que recordar esto. Una sociedad de hormigas no deja de vivir el día a día pero teniendo presente que el mañana también existe y los inviernos se suceden cada cierto tiempo y por diferentes motivos. Por eso, las hormigas guardan y miman parte de sus recursos para pasar esos fríos momentos al calor de sus bien nutridos hormigueros, siendo cada vez mas fuertes individual y colectivamente.
Vivir al día, como la cigarra, es solo recomendable para los muy arriesgados, para los que quieren jugarse todo su patrimonio y el trabajo de muchos años a una sola carta, aun sabiendo que esa carta está fuera de su control.
Medardo Pérez
Madrid, 16-01-2017
