No podemos ahorrar lo que nos sobra sino lo que necesitamos. Ahorrar es tan necesario para una vida económica saludable que no podemos dejarlo al azar.
Tenemos que incluirlo en nuestro presupuesto, del mismo modo que sabemos anticipadamente cuanto nos costará pagar la hipoteca, el colegio de nuestros hijos o el abono transporte.
Hace unos años me explicaron (y me fue francamente útil) que el dinero que ingresamos va a parar a una caja registradora donde todos “meten mano” y solo disponemos de lo que sobra. A primeros de mes, todos hacen cola para tomar nuestro dinero (el del banco con la hipoteca, el colegio, el del préstamo del coche, los de Visa…). Nosotros somos los últimos en retirar de la caja. Tras un mes de trabajo todos se abalanzan sobre lo que hemos creado y nos dejan las sobras.
Decidí tomar mi ahorro como un recibo más a primeros de mes como la única forma de pagarme a mí mismo con la misma anticipación que aplicaba a los extraños, porque todos los demás no estarían a mi lado cuando tuviera que cubrir necesidades para mí y mi familia.
No ahorrar lo que sobra y si lo que en un futuro a medio, corto y largo plazo puedo necesitar se ha convertido en una fuente de tranquilidad económica para el resto de mi vida.
“Págate” a ti mismo con la misma responsabilidad que lo haces con el resto.
